Chords for Homenaje a Atahualpa Yupanqui en el programa "Para gente grande" (México) 3/5

Tempo:
120.05 bpm
Chords used:

B

Gb

Eb

Bm

Bb

Tuning:Standard Tuning (EADGBE)Capo:+0fret
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Homenaje a Atahualpa Yupanqui en el programa "Para gente grande" (México) 3/5 chords
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el
sueño, apoyan su vigilia o no, ¿no?
Y después, para el sentimiento que nace ya, que va pariendo el hombre, el hombre que se hace a sí mismo.
El hombre se va pariendo todos los días un poco, ya sea en el amor, en la amistad, en el compromiso, en el honor,
que es lo que se pierde una sola vez en la vida, el honor.
El que pierde el honor una vez, no lo recupera más.
No hay vuelta para atrás.
Pueden recuperar todos los cheques, todas las chequeras, todo el oro del mundo.
Nunca el honor.
Pero además de estas motivaciones generales, en [E] particular, ¿por
qué, además de esto, [Eb] por qué [Gb] cantamos en América Latina?
[B]
[Bm] Necesidad.
¿Cantarán
o rezarán?
¿Eh?
¿Cantarán
o rezarán?
Además, si canta el pájaro, ¿por
qué la gente se [Dbm] va y camina y anda?
Y el indio se camina 200 [Ab] kilómetros.
Recordé aquella de los [Gb] silbidos.
¿Del
silbido?
Del [G] silbido de los pájaros.
Claro.
Además, las alas.
¿Cómo
imitar las alas?
Esa gente que dice, ¿usted
qué ama tanto a la Argentina?
¿Por
qué vive en París?
Y yo digo, acá lo que le falta a esta persona que pregunta, que hace tan inteligente pregunta,
le falta una tijera para que me corte las alas.
A un pájaro le [A] cortaría las alas para que no vuele.
Ya decía usted que es el destino del cantor, andar de pago en pago y quién sabe hasta [Gb] dónde es el destino del [Bb] trovador.
¿Así
lo ha [B] sentido usted, [Ab] maestro?
¿No
es?
No [Eb] tanto en el caso este de Acosta García, quien he conocido y he admirado, siendo mucho mayor que yo.
Cuando hubo de pago en pago, ya ninguno se quedó.
Ninguno se quedó.
Porque [N] era trashumante.
Pero usted es un poco lo mismo.
Anda [G] en todas partes.
Hay una interpretación muy linda de Ortega y Gasset.
En el tiempo [D] cuando la [Gm]
revista aquel de Occidente, ¿se
acuerdan?
En Madrid, 1912, por ahí.
[Bm] ¿Qué
es un trashumante?
[Dbm]
Hay una interpretación
A mí me cautivó.
[B] Bueno, como yo soy un desheredado de la coordinación, no tengo ninguna coordinación, yo vuelo enseguida, enseguida.
[E] Trashumante [B] es el que vive, por mucho que ande, no olvida el humo [Eb] que quedó detrás de él.
[Bb]
El [Eb] humo de la cocina donde [Bb] mamá hacía el guiso, [Eb] o el tata mayor hacía un asado, [Cm]
o quemaba leña, algo.
El humo, el humo del hogar que sale por [B] la pequeña chimenea.
Eso, el hombro puede olvidar muchas cosas, pero subconscientemente [Abm] es permanente.
A veces como [B] castigo, como tortura, como sueño, como delicia, [Bm] depende del [Bb] temperamento.
[N] Pero es lindo, trashumante, detrás del humo.
Hay un poema náhuatl, me lo recordó, que habla, dice
Me lloran los ojos por el humo del hogar, para que la madre no sufra más.
El niño explica que no es un dolor, sino que es el humo nada más.
Nada más, eso sí.
Pero en esta América Latina, insistiendo, el canto ha sido especialmente importante.
Yo no sé, insisto, si como motivo de fuga, o como una forma de decir las cosas que a lo mejor no se pueden decir de otra manera.
[Bm] O de otro modo.
Sí, es el ritual.
Es el ritual.
Nosotros, yo estaba leyendo a un señor, Spare, se llama Spare, debe ser.
Tiene algo de yugoslavo italiano.
Una definición que me llamó, la anoté y yo le dije, le voy a preguntar a los que saben.
[Gb] Y me gustaría preguntárselo a usted.
¿Se equivocó?
No, y nos equivocamos juntos, si le parece.
El asunto es esto.
El hombre inventó la palabra, hablo ahora que no hay ningún político cerca.
No, no que yo lo sepa por aquí.
El hombre inventó la palabra para disimular mejor sus verdaderos pensamientos.
Que le parece.
Que le parece.
O sea, finalmente todo está tan dentro.
Todo, todo está.
Pero usted lo ha podido sacar.
Y aquellos proverbios, cuando hables, ese consejo del gran abuelo, no mío, de todos.
Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.
¿Qué
tal?
¿Qué
tal?
Procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.
No hay nada mejor que el [N] silencio.
Bueno, en una muy mala copia hay una broma que dice, no desperdicies la oportunidad de quedarte callado.
El caso que decía Neruda cuando pasaba una mujer muy bella cerca.
¡Qué
bella, qué hermosura!
Fíjate, ojalá no hable nunca.
Es una osadía decirlo.
Él lo decía así, osadamente.
En aquel tiempo tenía 20 años.
¿Cómo fue?
Y una canción desesperada.
Y una canción desesperada.
20 años, no 20 poemas, sino 20 [G] años y una canción desesperada.
Y [N] elude hablar de sí mismo, elude hablar de su obra y nos relata a usted de otras gentes.
Bueno, hábleme un poquito de ellos, pero luego hablamos de usted.
¿Qué
tan importante es ese [Gb] contacto, ese estar con gente tan enorme como Neruda o como Poleluarda, quien usted conoció?
Bueno, Poleluarda fue quien me presentó a Edipia.
Yo vivía en París, con una pobreza que no era franciscana porque conozco muchos panchos gordos.
No existe la pobreza franciscana, son mentiras.
Son mentiras.
El gordón alcanzó.
Y Poleluarda, hicimos una vez una fiesta para una guitarreada, cantaron varias gentes,
para arreglar a un hombre que estaba tuberculoso en una cárcel en Estambul, en Turquía,
que también era un gran poeta, Nassim Mishmet.
Tiene varias poesías maravillosas.
Ya murió de su bacilosi pulmonar.
Y ahí se me presentó Poleluarda.
Y me dijo, mañana o pasado, ¿dónde
vives tú?
Le digo, [Dbm] vivo en un hotel con pulgas numeradas.
[B] Dije, tengo el sentido de humor que tienen los paisanos.
Él se sonrió un poco y me dijo, bueno, dame un teléfono.
Le di un teléfono.
Me dice, te llamaré para que invitarte a comer o en fin, o a charlar.
Y fui a su casa a charlar.
Y esa noche él invitó, después del quesito tan rico, con los exquisitos vinos de Francia,
llegó con su secretario, con alguien, dispiás pequeñita, mojada, pesaba 42 kilos, 43.
Era pequeñita.
Sí, como un pajarito.
Un pajarito, sí.
Todo [F] ella era [Bm] su mirada y su garganta.
Y toqué para ella porque me pidió que llevara la guitarra, Poleluarda, y toqué.
Él tenía como compañera en aquel tiempo a su esposa, Galia.
¿Y
luego la esposa de Dalí?
La esposa.
La mujer de Dalí, la gran musa, sí.
Sí, la mujer de Dalí.
En aquel tiempo, Galia era oriental, [N] era de la Europa central, de mucho carácter, muy inteligente, muy sutil, pero de carácter fuerte.
Y por el baile era un dulce, era un dulce.
Encantador muchacho.
Y ella me escuchó, esta señora, el hipiáfis, me dice, ¿dónde
tocas?
Le dice, ¿en
qué café tocas?
Le digo, ningún café, señora.
[B]
Entonces, le digo, ¿pero
dónde tocas?
Ninguna parte, estoy por irme a Buenos Aires.
Le digo, ¿pero
has dado concierto acá?
Le digo, no, aquí no he dado ningún concierto.
Yo venía de Budapest.
Había ido a Budapest con un capricho que tenía en la cabeza que después se serenó.
Quería dominar el conocimiento, no tocar, pero conocer bien el secreto de los violines gitanos, ciganos.
Porque cuando niño de cuatro años, mi madre me mandó a estudiar violín, con un cura, el padre Rosáenz, que me enseñaba violín.
Me enseñó dos cosas, jugar a la baraja y el violín.
Los dos [Gb] pecados.
Los dos pecados.
¿Y
qué pasó con esa invitación?
Y entonces me dijo, ¿pero
tú tienes que tocar acá?
Le digo, sí, señora, ya tocaré alguna vez.
Esto es el año 48.
48.
Cuando se
Key:  
B
12341112
Gb
134211112
Eb
12341116
Bm
13421112
Bb
12341111
B
12341112
Gb
134211112
Eb
12341116
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_el
sueño, _ apoyan su vigilia o no, ¿no?
Y después, para el sentimiento que nace ya, que va pariendo el hombre, el hombre que se hace a sí mismo.
El hombre se va pariendo todos los días un poco, ya sea en el amor, en la amistad, en el compromiso, en el honor,
que es lo que se pierde una sola vez en la vida, el honor.
El que pierde el honor una vez, no lo recupera más.
No hay vuelta para atrás.
Pueden recuperar todos los cheques, todas las chequeras, todo el oro del mundo.
Nunca el honor.
Pero además de estas motivaciones generales, en [E] particular, ¿por
qué, además de esto, [Eb] por qué [Gb] cantamos en América Latina?
_ [B] _
_ [Bm] Necesidad.
¿Cantarán
o rezarán?
¿Eh?
_ _ ¿Cantarán
o rezarán?
Además, si canta el pájaro, ¿por
qué la gente se [Dbm] va y camina y anda? _
Y el indio se camina 200 [Ab] kilómetros.
Recordé aquella de los [Gb] silbidos.
¿Del
silbido?
Del [G] silbido de los pájaros.
Claro.
_ Además, las alas.
¿Cómo
imitar las alas?
Esa gente que dice, ¿usted
qué ama tanto a la Argentina?
¿Por
qué vive en París?
Y yo digo, acá lo que le falta a esta persona que pregunta, que hace tan inteligente pregunta,
le falta una tijera para que me corte las alas.
A un pájaro le [A] cortaría las alas para que no vuele.
Ya decía usted que es el destino del cantor, andar de pago en pago y quién sabe hasta _ [Gb] dónde es el destino del [Bb] trovador.
_ ¿Así
lo ha [B] sentido usted, [Ab] maestro?
¿No
es_?
No [Eb] tanto en el caso este de Acosta García, quien he conocido y he admirado, siendo mucho mayor que yo. _
_ _ Cuando hubo de pago en pago, ya ninguno se quedó.
Ninguno se quedó.
Porque [N] era _ trashumante.
Pero usted es un poco lo mismo.
Anda [G] en todas partes.
Hay una interpretación muy linda de Ortega y Gasset.
En el tiempo [D] cuando la _ [Gm] _ _
revista aquel de Occidente, ¿se
acuerdan?
En Madrid, _ 1912, por ahí.
_ [Bm] ¿Qué
es un trashumante?
[Dbm] _
Hay una _ interpretación_
A mí me cautivó.
[B] Bueno, como yo soy un desheredado de la coordinación, no tengo ninguna coordinación, yo vuelo enseguida, enseguida.
_ _ [E] Trashumante [B] es el que _ _ vive, por mucho que ande, no olvida el humo [Eb] que quedó detrás de él.
[Bb] _ _
El [Eb] humo de la cocina donde _ [Bb] mamá hacía el guiso, _ [Eb] o el tata mayor hacía un asado, [Cm] _
o quemaba leña, algo.
El humo, el humo del hogar que sale por [B] la pequeña chimenea.
Eso, _ el hombro puede olvidar muchas cosas, pero subconscientemente [Abm] es permanente.
A veces como [B] castigo, como tortura, como sueño, como delicia, [Bm] depende del [Bb] temperamento.
_ [N] Pero es lindo, trashumante, detrás del humo.
Hay un poema náhuatl, me lo recordó, que habla, dice_
_ _ _ Me lloran los ojos por el humo del _ hogar, para que la madre no sufra más.
El niño explica que no es un dolor, sino que es el humo nada más.
Nada más, eso sí.
Pero en esta América Latina, insistiendo, el canto ha sido especialmente _ importante. _
Yo no sé, insisto, si como motivo de fuga, o como una forma de decir las cosas que a lo mejor no se pueden decir de otra manera.
[Bm] O de otro modo. _
Sí, es el ritual.
_ Es el ritual.
Nosotros, yo estaba leyendo a un señor, _ Spare, se llama Spare, debe ser.
_ _ Tiene algo _ de yugoslavo italiano.
_ Una definición que me llamó, la anoté y yo le dije, le voy a preguntar a los que saben. _ _
[Gb] Y me gustaría preguntárselo a usted.
¿Se equivocó?
No, y nos equivocamos juntos, si le parece.
El asunto es esto.
El hombre inventó la palabra, _ _ hablo ahora que no hay ningún político cerca.
No, no que yo lo sepa por aquí.
El hombre inventó la palabra para disimular mejor sus verdaderos pensamientos.
Que le parece.
Que le parece.
O _ sea, _ finalmente todo está tan dentro.
Todo, todo está.
Pero usted lo ha podido sacar.
Y aquellos proverbios, cuando hables, ese consejo del gran abuelo, no mío, de todos.
_ Cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.
¿Qué
tal?
¿Qué
tal?
Procura que tus palabras sean mejores que tu silencio.
No hay nada mejor que el [N] silencio.
Bueno, en una muy mala copia hay una broma que dice, no desperdicies la oportunidad de quedarte callado. _ _
_ El caso que decía Neruda cuando pasaba una mujer muy bella cerca.
¡Qué
bella, qué hermosura!
Fíjate, ojalá no hable nunca. _ _
_ _ Es una osadía decirlo.
Él lo decía así, osadamente.
_ En aquel tiempo tenía 20 años.
¿Cómo fue?
Y una canción desesperada.
Y una canción desesperada.
20 años, no 20 poemas, sino 20 [G] años y una canción desesperada. _
_ _ _ _ Y [N] elude hablar de sí mismo, elude hablar de su obra y nos relata a usted de otras gentes.
Bueno, hábleme un poquito de ellos, pero luego hablamos de usted.
_ ¿Qué
tan importante es ese [Gb] _ contacto, ese estar con gente tan enorme como Neruda o como Poleluarda, quien usted _ conoció?
Bueno, Poleluarda fue quien me presentó a Edipia.
_ _ Yo vivía en París, con una pobreza que no era franciscana porque conozco muchos panchos gordos.
_ No existe la pobreza franciscana, son mentiras.
Son mentiras.
El gordón alcanzó.
_ _ Y Poleluarda, _ _ hicimos una vez una fiesta para una _ guitarreada, _ cantaron varias gentes, _
para _ arreglar a un hombre que estaba tuberculoso en una cárcel en Estambul, en Turquía,
que también era un gran poeta, Nassim Mishmet. _
Tiene varias _ _ poesías maravillosas.
Ya murió de su bacilosi pulmonar.
Y ahí se me presentó Poleluarda. _
Y me dijo, mañana o pasado, ¿dónde
vives tú?
Le digo, [Dbm] vivo en un hotel con pulgas numeradas.
[B] Dije, _ tengo el sentido de humor que tienen los paisanos.
Él se sonrió un poco y me dijo, bueno, dame un teléfono.
Le di un teléfono.
Me dice, te llamaré para que invitarte a comer o en fin, o a charlar.
Y fui a su casa a charlar.
Y esa noche él invitó, después _ del _ _ quesito tan rico, con los exquisitos vinos de Francia,
_ _ _ llegó con su secretario, con alguien, dispiás pequeñita, mojada, pesaba 42 kilos, 43.
Era pequeñita.
Sí, como un pajarito.
Un pajarito, sí.
Todo [F] ella era [Bm] su mirada y su garganta. _ _
_ _ Y toqué para ella porque me pidió que llevara la guitarra, Poleluarda, y toqué.
Él tenía como compañera en aquel tiempo a su esposa, Galia.
_ ¿Y
luego la esposa de Dalí?
La esposa.
La mujer de Dalí, la gran musa, sí.
Sí, la mujer de Dalí.
_ En aquel tiempo, _ Galia era _ _ oriental, [N] era de la Europa central, de mucho carácter, muy inteligente, muy sutil, pero de carácter fuerte.
Y por el baile era un dulce, era un dulce.
Encantador muchacho.
Y _ ella me escuchó, esta señora, el hipiáfis, me dice, ¿dónde
tocas?
Le dice, ¿en
qué café tocas?
Le digo, ningún café, señora.
[B] _
_ Entonces, le digo, ¿pero
dónde tocas?
Ninguna parte, estoy por irme a Buenos Aires.
Le digo, ¿pero
has dado concierto acá?
Le digo, no, aquí no he dado ningún concierto.
Yo venía de Budapest.
Había ido a Budapest con un capricho que tenía en la cabeza que después se serenó.
_ Quería dominar el conocimiento, no tocar, pero conocer bien el secreto de los violines gitanos, ciganos.
_ Porque cuando niño de cuatro años, mi madre me mandó a estudiar violín, con un cura, el padre Rosáenz, que me enseñaba violín.
Me enseñó dos cosas, jugar a la baraja y el violín.
_ Los dos [Gb] pecados.
Los dos pecados.
¿Y
qué pasó con esa invitación?
Y entonces me dijo, _ ¿pero
tú tienes que tocar acá?
Le digo, sí, señora, ya tocaré alguna vez.
Esto es el año 48.
_ 48.
Cuando se _ _